lunes, 29 de junio de 2009

¿OFENSAS?, NERVIOS, DIMES Y DIRETES

Siempre que me dispongo a escribir un artículo sobre algo o alguien me gusta (porque creo que debo hacerlo) documentarme más de lo que ya lo estaba antes. Si me dispongo a hablar de algo abstracto me gusta buscarlo en el diccionario para dar una definición correcta de ello y pasar a poder hablar con aún más sentido de ello, así pues, pasaré a presentar de lo que voy a hablaros hoy: se trata de la envidia, que no es otra cosa que (según la RAE): sentir tristeza o pesar por el bien ajeno. De acuerdo a esta definición lo que no le agrada al envidioso no es tanto algún objeto en particular que un tercero pueda tener sino la felicidad en ese otro. Entendida de esta manera, es posible concluir que la envidia es la madre del resentimiento, un sentimiento que no busca que a uno le vaya mejor sino que al otro le vaya peor.

Pues bien en torno a mi mundo hay muchas personas envidiosas, y que buscan que a mi me vaya peor -como reza la definición-. La mayoría de tales individuos suelen aparecer en ese mundo tan insidioso como es el de las cofradías. Es como ser el rey de la selva, hay que destacar y marcar territorio, tienes que ser bueno dejando a los demás por los suelos, no por tus propios méritos. No me canso de decirlo, en el mundo de las cofradías hay más Judas que Jesucristos...

Y con estas reflexiones estoy dando cancha a unas personas que no se la merecen, porque dicen que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, aún así creo que nunca está de menos pararse a pensar y reflexionar.

Lo que nunca haría sería buscarle el mal a otra persona en otro terreno que no sea por el cuál la conozco o puedo llegar a tratar con ella. Meter el moco donde no te llaman es dudar de la integridad y profesionalidad de una persona, con lo cual te puedes llegar a sentir ofendido, claro, luego piensas y reflexionas (véis como servía para algo) y te das cuenta que no puedes llegar a sentirte ofendido si la envidia proviene de una persona que te importa -perdónenme la expresión- un carajo (como dirían en la tacita de plata).

Este sábado haré una boda, no será la vuestra por supuesto, pero seguirá suponiendo el ingreso de una cantidad en mi cuenta corriente. El domingo, el día que le precede sólo habrá servido para hacer caja.

A las personas hay que suponérles la buena intención, así que supongo que los nervios para un acontecimiento "tan" importante en sus vidas les habrán jugado una mala pasada.

Me despediré con un dicho muy castizo: Si es que la envidia es muuu malaaa

AUTORRETRATO...

...de boda en boda, y grabo cada fin de semana porque me toca.
Fotografía: Ernesto Naranjo

jueves, 25 de junio de 2009

...hay veces que los amoríos y desengaños se presentan como una mosca cojonera, que está el tiempo suficiente molestando, como para acabar enojándote (por decirlo de manera "fisna")

Fotografía: Ernesto Naranjo

lunes, 22 de junio de 2009

domingo, 14 de junio de 2009

COMIDA FAMILIAR HISPALENSE

Esto es lo que se llama recibir con los brazos abiertos y con el pollo al paté caliente.

Fotografía: Ana Belén Somozas

lunes, 8 de junio de 2009

"Háblame de aquel varón, oh musa. De aquel hombre de gran ingenio que anduvo peregrinando largo tiempo después de planear la destrucción de la sagrada ciudad de Troya

... Hay ciudades maravillosas y conocidas costumbres de muchos hombres. Yo me quedé allí por si venían alguno de los otros héroes helenos que ya habían perecido. También había visto a hombres de otras generaciones anteriores a quienes muchos deseaban ver.

... Más basta ya, envaina la espada y vayamos al lecho, para que, entralazados en él crezca la unidad que genererará una mayor confianza entre nosotros.

... Por nada del mundo consentiría subir a tu lecho, oh Diosa, si no te atrevieras a prestar solemne juramento de que no atentarás contra mi ningún otro pernicioso daño. Así se lo dije, y esperando yo otra contestación, la bella hechicera, sin dar nunca un mal gesto, juró al instante como le demandaba, y una vez prestado el juramento me invitó a subir a su magnífico lecho. Entonces, fue cuando descubrí la hija de la mañana, la de los dedos rosáceos, cuando sus sirvientes enjaezaron los corcéles y luego los engancharon al carro dorado, éste era de una luminosidad tal, que competía con el propio sol. Después me invitó a subir al labrado carro y los críados fueron guiándolo por el vestíbulo para llegar al pórtico donde pudimos ver el alborear de la mañana, contemplándola durante un buen rato..."

La Odisea, de Homero
Extraído de la película El Lector (The Reader)

jueves, 4 de junio de 2009

LA ILUSIÓN TAMBIÉN EN LA MALETA...

... preparando el viaje a Las Ventas del Espíritu Morantista.

Fotografía: Ernesto Naranjo

NOCHES RADIOFÓNICAS

"Todos los triunfos nacen cuando nos atrevemos a comenzar"

DIVAGACIONES DE UNA NOCHE DE VERANO

¿Por qué soledad y desengaño son dos palabras que van solapadas?


No hace falta entornar mis ojos para soñarte,
pero si para pararme
en los instantes tan bellos que me das,
para vivirlos doblemente.

Te necesito tanto que llego a experimentar la soledad más cruda entre la multitud.
Soledad que cuando acude destroza el alma.

Conocerte,
y no sentirte cada momento de la vida
hace que la mente se encamine,
a veces, a la locura.
Una locura de amor, que desespera.

Impotencia que consume
y hace que la serenidad se pierda;
pero enseguida, una oleada de ternura
que envían desde lo eterno,
desde las cimas del mundo,
invade mi alma
y la dulce serenidad de tu abrazo
estrecha mis entrañas.

Bucanerita


lunes, 1 de junio de 2009

YA SON NOCHES DE VERANO...

... porque cuesta conciliar el sueño. Ya son noches de verano porque el calor agobia y las sabanas se enredan en las piernas. Ya son noches de verano porque el insecto acude a la luz de tu monitor encendido en la habitación para iluminar la soledad de tu aburrimiento que es tal, que le marcas al insecto el camino que ha de seguir por la TFT moviendo el cursor del ratón, del cuál se asusta y acaba por marcharse, dejándote por consiguiente, como estabas, sólo. En la inmensa soledad de un mundo cibernético vanal al cuál acudes para conseguir rebajar la dósis de tedio que sacude tu organismo como un torrente pasional.

Ya son noches de verano porque el insomnio te incita a pensar y a darle vueltas a todo una, y otra, y otra vez. No hay mejor manera de hacerlo que apoyado en el quicio de tu ventana saboreando el olor, el tacto y el gusto de un buen habano, perdiéndote entre sus espesas cortinas de humo, observando la gente pasar y las actitudes que toma para con sus acompañantes.

Ya son noches de verano porque el calor sacude y el tedio golpea. Ya son noches de verano en mi tierra.

Fotografía: Ernesto Naranjo