...hacía mucho que no te tenía así, ante mí, para soltar todo lo que pienso, para escribir todo lo que siento. Como empiezan todos los personajes mediáticos (más que ningunos deportistas y toreros) comenzaré diciendo: La verdad es que... La verdad es que no están siendo días fáciles para mí. Mucho ajetreo en lo personal, y poco descanso en lo académico-profesional.
Relax, tan sólo quiero relax. Anhelo pasar unos días sólos, juntos los dos, sin saber nada de nada ni de nadie. Con los móviles apagados y lejos de este infierno llamado rutina. Ya queda poco para la graduación de la que acompaña mis sentires, con la que pondrá el punto (y seguido) a su formación académica, de la que me siento, cada día, más orgulloso. Y esto, habrá que celebrarlo de alguna forma. Ya buscaremos alguna manera.
En otro plano -que más que plano se hace pendiente- estoy dolido por hechos acaecidos últimamente y que no han tenido que ver conmigo. Aunque está claro que si una bala le silba en el oído a la persona que más quieres, no tienes más que tirarte encima de esa persona, y protegerla, guardándola de cualquier metralla para que te dañe a ti.
Es tiempo de decir todo por las RR.SS. Está de moda eso. Me quedo alucinado como la gente agrega a tal o cuál persona, por decir que lo tiene de amigo, y luego, estos se ven por la calle y no se saludan (ni el más mínimo hola y adiós). Si tiene más valor escribir te quiero en el tablón o muro de la persona a la que quieres, algo mal estamos haciendo, o hemos hecho, yo el primero. Aunque, eso sí, mis palabras se quedaban escritas ahí, en el ciberespacio, pero se refrendaban con hechos más que demostrables y demostrados. He aquí el dilema. Para que todos, si solo es para ti. Errores que se cometen, de los que se aprenden. Yo ya no entro más al trapo. Llamadme manso, o rajao pero, la bravura de campo p'adentro, demostrando y gritando a los cuatro vientos lo que quiero a la gente que quiero. Vamos a hacer la prueba hasta que acabe de exámenes, por lo menos. Después, si vuelvo, será para un uso correcto de una herramienta de comunicación, y más que correcto, será cuasi que destinado a lo profesional.
Si denostable es esta actitud, mayor es estar a cuatro palmos, compinchado con un colega de la profesión y criticar la forma de trabajar de alguien que lo hace, por amor al arte, el de la fotografía. Yo soy de la escuela del sentir, de la sensibilidad, y nadie me ha enseñado esto. Es el prisma que llevo dentro desde que nací y el que intento mostrar con mis fotografías. No tengo más escuela que la que yo he querido aprender, ni más libros que los que he querido leer para formarme. Para ganarme la vida estoy estudiando una carrera. Aunque si bien es cierto que la escuela que dices que es la mía, bien podría ser la tuya, pues sois muy parejos en eso, es más, creo que tu puedes darle lecciones al de mi escuela. Tu marrullería recalcitrante me repugna. Da la cara, y dilo a la cara. Al final son sólo intercambios de intereses.
Quédate ahí, que yo me quedo con mi amor, al arte, y a la amada, me quedo con la pasión de unos alamares que ya no están en blanco y con una cámara con la que poder expresarme. Esto es lo que me mueve. Sin peros, olmos, ni almendros, que yo soy un Naranjo.