Aunque a más de uno le resulte extraño, ahora me toca a mi. Ahora me toca a mi, sentarme a escribir, que una vez al año no hace daño. No piensen ustedes que voy a soltar sapos y culebras, pretendo ser objetivo desde lo más profundo de mi corazón y lo seré, o al menos intentaré serlo cuando la razón y el corazón me dejen. El corazón me dejará serlo muchas veces, la razón no sé si la tendré, pero se me criticará seguro -ya estamos acostumbrados-.
Para empezar, hay que preguntarse como una cofradía con cuatrocientos años de historia puede llegar a una cita tan importante con los enseres en el estado en que están. ¿Es que no ha habido NINGUNA Junta de Gobierno (y digo ninguna, no me estoy posicionando ni con la anterior, ni con esta) competente capaz de atajar el tema? A mi modo de ver las cosas es culpa de todos sus hermanos, por permitirlo. Las relaciones con las otras corporaciones del Jueves Santo, que la anterior Junta no conservaba por reclamar unos derechos que a la Hermandad le pertenecen -tales como la soberanía-, las intenta recuperar la Junta actual por encima de todas las cosas. Hay que preguntarse: ¿por qué recuperar esas relaciones? ¿le hacen bien a la cofradía ó a la recalcitrante Pasionaria -que era una "señora" que se llamaba Dolores- de Santiago? Un sinsentido de cosas sin sentido. Se puede entender que se quiera mantener dicha Pasionaria -miren ustedes que es fea la palabra, ¿eh?- si las cuatro cofradías saliesen de su sede canónica, que es Santiago, pero para salir, una de una carpa y tres de una nave cochambrosa, ¿hay que mantener una tradición que ha sido ultrajada por la autoridad eclesiástica competente? ¡que nos echaron de la casa de Dios! Y ahora todos nos damos crema. Tú me das cremita, yo te doy cremita...
Desde estas líneas quiero mostrar mi admiración por el comité organizador del IV Centenario de la Hermandad, pues han planteado una serie de acontecimientos durante todo el año, que son dignos de elogio. Un buen trabajo que, en su mayoría, ha sido y será un éxito que se recordará. Otros de los actos no se podrán catalogar así, puesto habrá siempre más voluntad que acierto. Bajo la humilde opinión del que escribe, hemos construido un tejado muy bonito, de cara a la galería nos vamos a mostrar como lo que no somos. En vez de, vivir tan de cara a la galería, quizá habría sido más oportuno, con motivo de los cumplidos 400 años de Hermandad, haber rescatado y reconstruido el patrimonio tan frondoso que posee la Hermandad. Haber construido los cimientos antes que el tejado.
Con respecto al acto central, que es la salida extraordinaria, que tendrá lugar mañana, el que escribe se ha quedado en estado de shock. No llego a comprender como la Hermandad en su otro "día grande" (que no es el Jueves Santo), cuenta con una banda que en su día dejó tirada a la Hermandad por irse a tocar fuera. ¿No sería más conveniente que mañana tocaran en la provincia de Jaén?
Un acto de cara a la galería, sin tener la galería limpia. Un alarde de vanidad, que la hermandad se merece por los 400 años vividos y sufridos. Un martillo para gobernarlos a todos, presuntuosidad en toda regla. Ya se sabe, tú me das cremita, yo te doy cremita...