Busqué. Encontré. Porque quién busca, haya. Me ha costado encontrar el último instante que mi flamante nueva cámara congeló para guardarlo en mi nuevo disco duro. Todo cambia. Todo pasa, menos lo que permanece. En mí permanece, y siempre permanecerá el mismo (o más, macho, o más) sentimiento que al principio.
No me crucifiques por ser sobreprotector, por querer que nunca te falte nada. Por querer verte sonreír a cada instante, por anteponer tu felicidad a la mía, porque en la tuya, está la mía. Perdón por amarte así. Mi torpeza es mi delirio. No quiero más que ver lo que en la foto, una sonrisa.
Estás creando un imperio de la nada, te debo mi futuro, vivo mi presente junto a ti, y recuerdo el mal pasado. Siempre, teniendo miedo, porque tener miedo es bueno. El miedo justifica el respeto, y sin respeto no seríamos nada.
"No me preguntes porqué y déjame que te quiera..."
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