"Y tú sigues ahí, dormida en el sueño que has elegido, sabedora de que la espera tiene que esperarte, sabedora de que todas las cosas deben esperarte, si quieren ser las cosas. Tú, a lo tuyo: diciéndole al tiempo cuál es el ritmo del tiempo preciso, que en ti hay un tiempo que es otro tiempo, tu tiempo. Lo sé desde que vine a verte la primera vez: eras una muchacha vestida de clepsidra que iba dejando caer a capricho las gotas de agua, y lo mismo goteabas con precipitación de techo de tablas bajo la lluvia, que dejabas engordar la gota hasta que tardaba seis semanas en caer. Tu tiempo. Tú tienes dentro un tiempo que condiciona a las gentes de tu paisaje urbano, como yo tengo dentro un tiempo que me condiciona, un tiempo que se mide por manillas de luz abierta. Tiempos distintos, muchacha."
(Antonio García Barbeíto, Pregón Semana Santa de Sevilla 2010)
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