lunes, 22 de diciembre de 2008

FANTASMA NAVIDEÑO

Parece que en tiempos en los que esperamos y rememoramos la venida del niño Dios nos acordamos más de la familia y elevamos nuestros sentimientos al máximo exponente con los más allegados. Todo es gratitud, ensalzamiento de la figura, halagos desmesurados… etc que pocas veces portan un fundamento tan consistente como para cantarlos a los cuatro vientos.

No en vano, todos admitimos esto como algo cotidiano en navidad, cuando debiera ser así siempre… siempre que nos lo mereciéramos o siempre que lo merezcan. Seamos justos y mantengamos este tipo de acciones y palabras durante todo el año que entra.

Otra de las cosas que me llaman la atención de esta época es las reuniones familiares que tienen lugar en torno a estas celebraciones de un denostado carácter cristiano. En estas reuniones la familia se vuelve a juntar desde nosesabecuando y tienen lugar las típicas bromas de siempre…

Cuando tenemos un ratito de reflexión nos acordamos y aferramos a las sensaciones y sentimientos vividos con la familia y amigos que, si son de esos que no lo dicen pero lo demuestran, también son familia. Nos aferramos a esos recuerdos para intentar vivir algo parecido ó quizá mejor para que lo supere.

Hay otras veces que cuando estamos solos nos sentimos tal y como estamos, y nos da por pensar.

¿Qué quiero? ¿qué me falta? Me faltas tú, te quiero a ti… Deseo que mi amiga soledad, esa que me hace libre y que nunca me engaña, la presunta culpable del amanecer solo ante mi ventana, a la que siempre he sido fiel… con la que he cruzado tantas ciénagas, tantos secretos que no podemos contar, tantas palabras que hasta dirían que es amor…Soledad en una palabra, no quiero que me abandone… pero si quiero que alguien nos acompañe... para sentirnos queridos los dos, en una época en la que la moda es esa…

Este año carezco de espíritu navideño, estoy muy falto de el… la ilusión se fue, creo que con dirección este, por eso le he pedido a S.M. los Magos de Oriente que la echen en el camello y la dejen caer por este corazón que no tiene miras ni destino.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

54, DESDE EL 54. MÁS DE 35 EN ESTO...

"Al que me dió la vida,
al que me enseñó a levantar a golpe de llamador sin coger ventajas,
al que me enseñó a caminar siempre de frente con un andar firme y decidido,
al que me enseñó a trabajar siempre por derecho y con el pechito pa' fuera,
al que me enseñó a firmar las chicotás posando la vida como un clavel
para dejar el sello de mi apellido como sólo los pasos elegantes saben hacerlo.

Los pasos elegantes los dan los valientes,
los pasos elegantes tienen una personalidad imprimida por quién los guía,
los pasos elegantes los da quién puede, pero sobre todo quién sabe...
Los pasos elegantes siempre tienen al frente un MAESTRO..."

lunes, 15 de diciembre de 2008

sábado, 6 de diciembre de 2008

jueves, 4 de diciembre de 2008

MAI GUORGESPEIS (MI ESPACIO DE TRABAJO)

No es muy grande, ni está muy organizado. Es, como dirían los modernos, un espacio acogedor, en el que se generan las ilusiones y los recuerdos de muchos ciudadanos... Es bonito construir esos sentimientos y locuras...

Fotografías: Ernesto Naranjo

lunes, 1 de diciembre de 2008

CAPATAZ TORERO

Seguramente él no leerá esto, tampoco escribo estas líneas con la intención de que lo haga. La tarde del sábado fue de las más felices del año, e incluso aventuraría a decir que de mi vida.

El motivo que me animaba a ir a esa comida era compartir un rato con mi buen amigo Luis Morón que, por motivos febriles-gastrointestinales, no pudo consumarse. Pero él no tuvo reparo en animarme a ir con Gonzalo, su compadre, el cuál me presentó hace poquito tiempo. Uno, tenía más vergüenza que miedo en esos instantes, pero se apretó los machos y echó a andar.

El bar en el que estaban citados es un bar en el que suele parar esta saga de capataces y su gente, el Taquilla, frente por frente -que diría un sevillano- de su cofradía del Baratillo, pero un poco más tirando al río. La fue bastante cariñosa, Gonzalo hizo de cicerone -sin premio por favor-, presentandome a gente tan buena como Kachi, Pedro, David Saavedra, Joaquín Espinosa etc... También me encontré de nuevo con gente que ya conocía, aunque no tuviera con ellos una relación muy fuerte, gente como Joaquín Rosa ó Mofletes. También hubo de presentarme a los que capitaneaban aquel barco, la generación de capataces conocida como "Los Palacios", conformada de nieto a abuelo por Rafael Díaz Algaba (Falito), Rafael Díaz Talaverón (Fali), Rafael Díaz Palacios. Cuando llegó el momento de presentarme al abuelo, Gonzalo me espetó: "a Don Rafael no se le da la mano, se le dan dos besos y se le llama de Don", y es verdad, y más que ganado lo tiene.

Disfruté mucho hablando con Don Rafaé -como lo diría un sevillano-, compartiendo con él los sentimientos que produjo en mi progenitor -que es él que me ha metido este veneno por las venas- cuando le dedicó la levantá a las monjitas de Santa Ángela de La Cruz con el palio de Gracia y Amparo de la Hermandad de los Javieres. Le llenó de orgullo aquello que le conté, y por la cara que puso también dichoso de poder hacerlo. Él luego me contaba como una periodista de la prensa escrita quiso plasmar sus palabras, respondiéndole Don Rafael con un: "yo no me acuerdo de lo que dije mi arma", lo que quiere decir que fue sentido y habló el corazón, porque el corazón habla cuando no caben palabras.

Ya en La Dársena -un bar cercano a la casa Hermandad de San Gonzalo-, vino lo que para mí sería otro de los puntos álgidos del sábado tarde. Don Rafael hablando con Kachi y con Gonzalo contó una anécdota que me llegó bastante, y que es una realidad mu grande. Hablaba de un costalero que le decía que él iba a morir con su capataz (Don Rafael), a lo cuál contestó así: "si es así tu no vengas este Martes Santo, porque tú aquí no vienes a morir, tú vienes a disfrutar".

Eso es pegar una verónica con el mentón hundido. No sólo por sacar un palio de una hermandad relacionada con el mundo del toro desde hace muchos años es un capataz torero. Para ser torero hay veces que no hace falta toro, y él sin el toro que son los martillos que toca en la semana mayor, me dejó ensimismado, así que no me quiero imaginar en la cara del toro, no me lo quiero imaginar porque ya lo he vivído, y eso es inenarrable. Eso es tener pellizco, eso es tener don de mando y saber llegar a la gente. Por todo eso y por más Don Rafael Díaz Palacios ha sido, es y siempre será un Capataz Torero, (y para mí, el Morante de los martillos).

LA FIEBRE PALANGANA DEL SÁBADO NOCHE

Fotografía: Kachi

Y LO PEOR ES... ¿HASTA CUANDO VIDA MÍA?

Fotografía: Rocío Varela