viernes, 14 de octubre de 2011

sábado, 8 de octubre de 2011

jueves, 6 de octubre de 2011

LA VISIÓN DE LOS COLEGAS (Por Rosa García)


Cuando esta mañana me he enterado de la muerte de Steve Jobs he sentido una profunda tristeza. Uno de mis primeros pensamientos -como he publicado en Twitter- ha sido que los que aman la innovación y trabajan cada día para mejorar el mundo ya lloramos su ausencia. Nos deja alguien que se enamoró de la tecnología y puso toda su pasión para construir una historia que hoy ya le ha convertido en una leyenda. Jobs era un innovador: pensaba más allá de lo que únicamente es posible hacer hoy en día y tenía la determinación y la capacidad de convertir las ideas nuevas en realidad.

Nos ha mostrado que la inversión en I+D+i es la mejor forma de responder a las necesidades de los clientes. No fue el que inventó el PC, ni el teléfono, ni la música MP3, pero cada día se levantaba buscando hacer productos más atractivos para sus clientes. Para Jobs importaba el color, el sonido de las teclas -que los técnicos odian, pero al resto le encantan- o la textura de los equipos, entre otras características. Jobs no buscaba clientes, sino fieles seguidores.

No invertía en marketing porque la promoción ya la hacían sus fans. En sus presentaciones no hablaba de componentes técnicos, sino de sensaciones. Y ahí no había quien le ganase. Cuando eres capaz de conectar con el corazón y los sentimientos de tus clientes, los beneficios económicos vienen solos, como demuestra la evolución de la compañía.

En 25 años, ha pasado de un ser una empresa de dos personas en un garaje, a una multinacional con un valor en bolsa cercano a los 350.000 millones de dólares y 46.00 empleados. Me gustaría subrayar también su capacidad emprendedora. Desde un garaje -que ya se ha convertido en un lugar mítico para los emprendedores- siempre fue fiel a sí mismo y quiso vivir su propia vida.

Ese fue uno de sus lemas y quizá una de las claves que le permitieron hacer frente a los problemas a los que se enfrentó. El número de emprendedores dice mucho de la salud económica de un país y, entre todos debemos sentar las bases necesarias para saber asumir los fallos y alentar los proyectos exitosos. Espero que la memoria de Steve, ahora que ya no está con nosotros, nos ayude a despertar las ganas de innovar y fomentar los espíritus emprendedores. Sólo así podremos encontrar entre nosotros al futuro Steve Jobs.

Por Rosa García, consejera delegada de Siemens y ex directora de Microsoft España.