lunes, 9 de abril de 2012

SPES NOSTRA... ALEA MEA


Allí donde tiembla cinco veces la esmeralda, allí, delante de ella, delante de la esperanza que tanta falta hace en este tiempo. Allí, delante de su altar itinerante. De la obra más bella que jamás nadie pueda imaginar, su paso de palio. Allí. Donde se para el tiempo, y se cuenta del revés, como entró en el arco. Allí. La Esperanza que nunca nos faltó, nos fue devuelta. 

No hace falta perjurar, ni prometer, tan sólo mirar a los ojos y dejar que el alma hable, con Ella, contigo. Sobran las palabras, una mirada de Esperanza puede firmar lo más bonito que la mente humana pueda imaginar.

Gracias por estar ahí, por ser tú, la Esperanza que me manda Ella sin que pueda verla. Gracias, por demostrarme, a cada paso, que jamás nada podrá llegar a contrarrestar el natural eterno, en el que paré nuestras respiraciones, y que pegué aquel día para poder hacer realidad nuestros sueños. Ni las peores de las suertes, puede jamás acercarse a la que tengo al tenerte a mi lado, en mi caminar, en mi respirar, en mi meditar, en mi razonar, en mi devenir... siempre estarás ahí.

Esperanza de un pueblo que te espera, año a año, y que va a buscarte día a día detrás del arco que te guarda, porque tiene ansias de Ti. Esperanza de una espera, que Tú haces más liviana. Esperanza universal. Madre del Universo en ti todo se refleja, en ti todo se crea, porque tu eres Estrella de la Mañana, y Esperanza Nuestra.

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