domingo, 17 de junio de 2012

EXCELENCIA, EXIGENCIA Y ÉXITO

Con esa triple "E" podemos catalogar su paso por la, ahora tan maltrecha, Universidad de Castilla-La Mancha -UCLM para abreviar-. De nada hubiera servido esa autoexigencia infinita, si no se hubiese llegado al más absoluto éxito, o al máximo nivel de excelencia.

Y es que, Roma no se construyó en un día. Es su fuerza de voluntad la que le ha traído hasta aquí. La que le ha llevado a tener la nota media más alta de todas las de su carrera universitaria. Ya lo puede decir a boca llena, sacar su orgullo para esto. "Soy graduada, y con excelencia".

Son cuatro años en el camino que hubo de cruzar para llegar a la satisfactoria meta. Y aunque la senda tuvo algún que otro bache, o parada técnica, todo fue sobre ruedas, y no de cualquier forma, porque paso como un Fórmula 1, eso sí, parándose a paladear sus asignaturas preferidas -que no fueron pocas-. Seguramente fueron cuatro episodios muy duros que se superaron con un éxito desmesurado, fruto de la autoexigencia. Desgraciadamente, solo puedo dar fe del último, aunque me hubiera gustado verla con la beca de sus estudios secundarios, así como de bachillerato.

Al llegar aquí, has de pararte y mirar atrás, para seguir caminando hacia delante. Has de darte cuenta quién estuvo ahí para llevarte una húmeda esponja para sofocar tu esfuerzo cuando las fuerzas flaqueaban. Igual que lo estuvieron antes, lo van a estar ahora, y lo estarán siempre. Ese, a parte del académico, es el mayor capital que has adquirido, el humano.

Unos tíos que no sólo alaban tu trabajo, sino se preocupan por la realización de este sin más intereses que los tuyos: "que seas la mejor". Unos padres que, no son como otros, puesto que otros no tienen la suerte de tener a una hija como tú. Han sabido darte el afecto como lo has ido necesitando, tú lo has dosificado. Han sabido exigirte cuando tenían que hacerlo, han sabido mediar en las disputas (¡anda salero!) y reconocer tu sobrado esfuerzo. Y, sobre todo, han demostrado estar ahí, detrás del cristal de la puerta, a la mínima que se lo has requerido. También anda por tu casa un sol, que de vez en cuando abría la puerta de tu estudio para deslumbrar con su sonrisa, cuyas intenciones no son otras que aportar alegría a la casa. Un sol con una flauta entre las manos, o una silla en la cabeza. Un sol que ilumina tu esfuerzo para que se vea con nitidez.

También he de mencionar a unos vecinos que han sabido llevar los monólogos sobre Medieval, América, Mundo actual, Moderna... etc. a horas intempestivas, que también tiene su mérito.

Sólo falta que la complicada situación económica y la nación sepan hacerte un hueco en sus aulas (porque sabemos que unas oposiciones para ti son un mero trámite) y puedas demostrar tu máxima: "A la primera, va la vencida." Enhorabuena Historiadora.

"Un pueblo que no conoce su historia no puede comprender el presente ni construir el porvenir." (Helmut Kohl)

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