viernes, 16 de noviembre de 2012

CUERDOS DE ATAR

Ahora que hemos llegado hasta aquí. Ahora que no hay dudas sobre futuros, ni temores sobre pasados. Ahora que el presente es más presente que nunca, porque se siente y se respira por los poros. Ahora que el ambiente está atrapado en nuestras mentes. Ahora que no hay mayor simiente que la que germinó cerca de un museo lleno de gente. Ahora que los pajaros volantones, quieren anidar en nosotros, con el amor ferviente que tan sólo la locura puede provocar en los cuerdos de atar. Ahora que la historia tiene un princípio de película. Ahora que nunca un futuro fue más esperanza que la que se siente cuando tiembla cinco veces la esmeralda. Ahora que el camino ha sido largo, y los baches profundos. Ahora, como siempre, no le guíes los pasos, y déjale que te quiera. Hoy, ahora, igual que ayer, como siempre. Ahora que estamos como ayer, ahora que vivimos como hace un año, ahora que no añoramos lo de antaño, ahora, ahora, ahora. Para, y piensa, ¿por qué? Porque hoy es más que ayer, pero menos que mañana. Ahora igual que ayer, como siempre.

Somos cuerdos de atar, viviendo una cordura, que tan sólo la locura es candidata de envidiar. La locura apetecida, la cordura vivida. Desde mis entrañas, para siempre. Desde mis adentros, como nunca. El caminar encima de una cuerda, de desfiladero a desfiladero, es más cotidiano que mirarte como ayer, pero menos que mañana. Ese caminar es el que alienta mi vida, porque si no hay coordinación, puede haber caída, y si hay caída hay dos manos que nunca me dejarán caer al precipio. Ese malabarismo de vida, ese don de exprimir la misma vida, de apasionados disfrutarla hasta el último nanosegundo. Esa cuerda locura, esos ratitos, esos silencios que provocan mirarnos de alma a alma. Eso no se va a agotar nunca, porque hoy es más que ayer pero menos que mañana. Quiero que sigamos siendo cuerdos de atar, para que nunca la cuerda consiga separarnos, y la misma cuerda que va de desfiladero a desfiladero, sea la que nos ate para siempre. Cuerdos de atar, con una cuerda sobre la que caminar. Locura apetecida. Cuerdos de atar.

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