lunes, 14 de enero de 2013

XIV, EL CATORCE

Hoy es cómo antes, cómo hace catorce. Cómo si la realidad de la felicidad tornase en anhelo, y no hubiera mas que miradas de recelo. Un genesis no esperado, pero bien soportado, de lo que estuvimos esperando y ahora nos pertenece.

Hoy es cómo sueño, y cómo siento, pero no cómo tengo. Cómo si te tuviera conmigo, cómo si te estuviera sintiendo, cómo si soñáramos juntos, cómo si te diera el sol en la cara, cómo si no hubiera más prisa que pararse en cada escaparate, cómo si contaramos cada adoquín, cómo si meciéramos hasta Cuna 51, cómo si nos invadiera esa inconfundible mezcla de incienso y adobo, cómo si nos faltara el aire al mirarnos, como si no pudiéramos dejar de hablarnos, como si todo fuera como soñásemos.

No todos los días se cumple está circunstancia. Tenía que ser especial, por eso el destino ha querido que sea así. Lejos, pero siempre al lado, de la mano.

Estoy con ella, con la que nos vio nacer, con la mítica y mágica. Suspira, como yo, por dejar de hablar en condicional, quiere sentirte casi tan cerca como yo. Gracias a Dios, las condiciones, para nosotros son excepciones, y la realidad es mera pasión del día a día. La felicidad de poder sentirte con la mirada, de hablar con las manos, y escuchar con el corazón. No hay más que decir. Nos esperan los adoquines, prepárate a palpitar en cada paso que demos.

Siempre tuyo.

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