lunes, 19 de octubre de 2009

CUADERNO DE BITÁCORA BERLINÉS - DÍA 3 (VIII)

Nos levantamos a las nueve menos cuarto, y, tras realizar los menesteres matutinos, cogimos el metro hasta Potsdamer Platz, para entrar en el Sony style y comprarnos cada uno, una cosa distinta (auriculares, mini disc, blu-ray). Comenzó a llover a jarrillas y tuvimos que volver hacia el hostel a por los chubasqueros, lo que nos hizo perder la ruta del tercer reich que íbamos a coger hoy, intercambiandola por la ciudad de Potsdam, que la teníamos programada el Domingo.

Después de una hora de metro llegamos a la ciudad de Potsdam, que está situada a 50 Km. de Berlín. Al llegar amainó el temporal, lo que nos permitió poder comernos a las afueras del centro comercial en el que se encontraba la estación unas mini pizzas para llevar que adquirimos en el propio centro comercial.

Empezó nuestra aventura caminante sobre las dos de la tarde y degustando un buen habano ganado a pulso en las bodas. Esta ciudad, menos impresionante que la capital, se carecterizaba por sus edificios bajitos y coquetos que seguían una misma línea arquitectónica. Vimos una iglesia católica muy curiosa y caminamos por "Brandemburg Alle", calle principal de esta ciudad, hasta llegar a los Palacios Prusianos, donde el rey Federico el Grande residió y mando construir. Una de las cosas más bonitas de todo el viaje, fue impresionante ver unos terrenos tan vastos tan bien cuidados, con tanto verde, con tanta escultura, y tanto palacio. Nosotros nos detuvimos mucho en 3 de los mas famosos palacios, sanssoucci, nuevos Palacios, y orangerie. Siendo ellos del siglo XVIII, y de estilo Barroco y Rococó. El demás tiempo lo dedicamos a desplazarnos tranquila, -que no lenta-mente, por el interior del frondoso y extenso bosque que albergaba estas riquezas tanto económicas, como artísticas. Estos Palacios están declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.




Fotografías: Santiago Dorado / Ernesto Naranjo

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