...por eso las escribo el dos. Porque el uno siempre es el primero, el génesis de todo lo que queremos empezar a contar. Te escribo y te cuento, segundo a segundo. Mi primera boda del año, también la primera en Sevilla, la primera contigo, la primera sin trabajar... la ilusión del génesis, para empezar a contar. De esto va nuestra historia, de la ilusión del uno.
Las cosas del uno, por eso las escribo el dos. Porque somos dos, con una dirección. Porque somos uno, con dos corazones que reman en la misma dirección. Darme lo que siempre he soñado, por lo que llevo esperando tantos años, hace que alcances la unicidad que, por si no lo sabes, es la cualidad de ser único, irrepetible, sólo, singular. Eres así, porque en ti nace mi primavera, brota por tus muñecas para agarrarse bien en mi corazón.
Mi primer Via+Crucis del Consejo en Sevilla, el primero, junto a ti, porque el tacto de tu piel me acompaña en los momentos más grandes. La cuaresma respira por los poros de mi piel. Eres tú mi cuaresma perenne. Esa preparación a la dicha plena, a lo que está por llegar. Eres mi principio y mi fin. La preparación al momento mágico, y esa mágica dicha de que se cumpla lo esperado, de soñar lo vivido y vivir lo soñado.
Las cosas del uno, por eso las escribo el dos. Capricho del destino será que la dicha plena, este año 2012, llegue el uno, el primero del mes de abril, en el que se concentra la primavera. Un abril que huele a azahar e incienso. Un abril que amanece azul como las túnicas de la Carretería, y que brilla con la luz propia de las cosas bien hechas -por eso de las cosas bien hechas, bien parecen-. Un abril sempiterno, que irá con una alma que forman dos corazones, que son el tuyo y el mío.
Las cosas del uno, por eso las escribo el dos. Porque me sobran razones para mostrarte la unicidad de tu persona, pero es difícil. Mira si el castellano es rico en palabras, pues me faltan, hay cosas que no se pueden explicar mas que con la mirada. Deja que te mire y te transmita lo que hace falta para vivir la alegría de vivir dos, pero ser uno. Las cosas del uno, por eso las escribo el dos.
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