jueves, 20 de mayo de 2010

...y llegará el día en el cual decrecendo deje de ser tal, para convertirse en nada. Ese día has de darte cuenta de que una retirada a tiempo es una victoria. Desde entonces las amarguras las llevaras no encima, sino por dentro, tampoco duraran casi ocho minutos como las de Font de Anta, se prolongarán hasta que se le ponga remedio, o mejor dicho, ilusión. Ahora es cuando has de darte cuenta de lo que has hecho o dejado de hacer, de hacer balance de lo bueno y malo, de valorar si vale la pena una mirada, un gesto, por tirar por la borda un día entero.

Sé que todo te conduce a ella, tu fiel compañera, esa que como dice la hinchada de mi atleti: "en las buenas o en las malas nunca deja de animar". Por eso, como te conduce a ella, por eso deberás darte cuenta de que darle tiempo al burel para que respire y se venga arriba y dominar la embestida en una serie de naturales de ensueño, eso, eso es de buen torero.

Con todo esto quiero conducirte al génesis de esto, deja las penas a un lado, igual que te dejaron las alegrías a ti de lado. Concéntrate y déjate llevar que los ideales mundos solo existen para Walt Disney. Aunque siempre la veas, ¡sitio, espacio y oficio!

No podría despedirme sin unas palabras que suben el ánimo costalero en chicotás de las que piden el carné: "AMONÓ LOS NOTAS!!!"

Desde una bucólica vuelta en tren desde Madrid, tras haberlo hecho en automóvil desde la ciudad condal, te ve y siempre te verá...

Ernesto Naranjo

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