Los novillos de Carmen Segovia, de muy escasa presentación, estuvieron rajados en su mayoría. El dios Eólo hizo acto de presencia en la novillada de ayer para mover la sombra de un Thomas Jouber que pasó por allí como un ciprés, largo y alargado, y sin querer cercanías, aunque si bien es cierto que quedo a merced del viento.
Juan del Álamo, con un buen concepto del toreo logró cortar una oreja al segundo de la tarde por una faena templada por ambos pìtones. En el quinto, esbozó una faena de valor y compromiso que acabó saludando después de una estocada por derecho con voltereta incluida.
Miguel de Pablo pareció en la tarde de ayer un Bonsai, chiquito -tan sólo 16 años- y verde, muy verde, para presentarse en la plaza más importante del mundo. De su labor sólo se puede afirmar que estuvo voluntarioso, que es lo que solemos decir cuando es un quiero y no puedo.
Fotografías: Paloma Aguilar para Las Ventas
Juan del Álamo, con un buen concepto del toreo logró cortar una oreja al segundo de la tarde por una faena templada por ambos pìtones. En el quinto, esbozó una faena de valor y compromiso que acabó saludando después de una estocada por derecho con voltereta incluida.
Miguel de Pablo pareció en la tarde de ayer un Bonsai, chiquito -tan sólo 16 años- y verde, muy verde, para presentarse en la plaza más importante del mundo. De su labor sólo se puede afirmar que estuvo voluntarioso, que es lo que solemos decir cuando es un quiero y no puedo.
Fotografías: Paloma Aguilar para Las Ventas
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