sábado, 24 de mayo de 2008

LA TORERÍA ARREBATA

Morante de la Puebla corta una oreja, en una desagradable tarde de lluvia.

Se decía en el musical My Fair Lady que "la lluvia en Sevilla es una maravilla". Para los amantes de esta ciudad, que además da la casualidad que somos cofrades y taurinos a la vez, no es ninguna maravilla, más bien todo lo contrario. La lluviá azotó Sevilla el 9 de Abril y nos impidió ver el mismo cartel que colgaba hoy en la plaza venteña, pero esta vez con seis astados de don Victoriano del Río, en vez de serlo de Zalduendo.

Gracias a los operarios de La Monumental y su cuidado del ruedo pudo celebrarse la corrida. Las musas estuvieron presentes. De la primera parte de la corrida no hace falta contar nada, tan sólo el error que cometió José Antonio al dejarse crudo a su primer enemigo (de casi 600 Kg.) lo que hizo que embistiera con brusquedad en la muleta.

Todo empezó en los quites al cuarto de la tarde, de nombre y son "Cubano", como el puro que se estaba fumando con anterioridad Morante. El primero de los quites consistió en dos verónicas de auténtico empaque, rematadas con dos medias (una por bajo y otra por alto). Quitó en segunda instancia con dos delantales, dos de embrujo, rematando con una espectacular media. Tras que los mozos de espadas le dieran la montera y el puro de Morante a Alejandro Sanz, y que los peones se llevarán (con capotazos de más) a los terrenos que pisaba José Antonio, comenzó la faena de muleta. La inició apoyado en tablas (porque parecía que el viento molestaría menos) con ayudados por alto. En el tercio le recetó dos series por la derecha con la muleta barriendo la arena, para pasar a la mano izquierda con la que le sacó una serie muy limpia, larga y templada. Volvió a la diestra para darle otras dos series con las que nos hizo soñar con las armas del temple y la despaciosidad. Para rematar la serie utilizó sus adornos de sabor añejo, terminando con un precioso desplante rodilla en tierra en la cara del toro. Quiso terminar la faena con naturales de frente, aunque al toro le quedaba muy poco en la reserva y ya andaba cantando la gallina en las tablas, al final se los sacó con cierta belleza. En el burladero de matadores cerró la faena con dos ayudados por alto y sus artísticos adornos. Pinchó, y mató de estocada trasera, pero eso es lo de menos. Hoy en la plaza ha habido duende, ha habido arte, porque la torería arrebata, y Morante es torería.



También toreaba El Juli, que de no ser por su fallo a espadas, podría haber cortado otra oreja; y Manzanares, que no tuvo enemigos. Los dos estuvieron por encima de los toros, que les brindaron pocas oportunidades de triunfo. Seguro que están contentos, porque han visto torear a Morante como pocas veces lo ha hecho en Madrid.

Fotografías: Manón.

Pie de Foto 1: Morante saliendo de la capilla.
Pie de Foto 2: El de la Puebla del Río rematando su primer quite.
Pie de Foto 3: El desplante que nos pusó el vello de punta.
Pie de Foto 4: Soberbio derechazo.

Faena de Morante al Cuarto de la tarde.

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