martes, 23 de septiembre de 2008

OJALÁ FUERA TU VENTANA...


... para siempre que quisiera poder trepar por esa escalera y llamar con los nudillos en esos cristales y que descorrieras la cortina y te llevarás tantas sorpresas, que hasta dejaran de serlo, para hablar contigo una vez más, pero esta vez clavando mi mirada en la inmensidad de tus ojos, porque así no hay enojos que valgan y las palabras fluyen como la sangre por la herida descarnada. Esta vez no hay nada ni nadie de por medio, sólo tú y yo. Un gesto, una mirada, una sonrisa, un beso, con eso basta para volver feliz a casa. Gracias.

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