
Al llegar al Hostel dejamos los trastos de giris y bajamos a "The Turbine", la discoteca del propio Hostel, donde nos dimos cuenta de la cantidad de gente que alberga (cerca de 900) y la multitud de orígenes de los albergados. Vimos un grupo más que aceptable de españolas (no había ningún callo malayo) con las que mas adelante estableceremos contacto oral. Nos bebimos una cerveza de medio litro por cabeza. A mi particularmente me supo a Gloria bendita, era una Heineken de barril cuasi helada y llevaba mucho calor en el cuerpo. A eso de las doce nos duchamos, nos vinimos a la habitación y empecé a escribir estas dos hojas del cuaderno de bitácora. Son las dos menos veinticinco cuando lo estoy acabando. Mañana nos levantaremos a las ocho y media.

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