- Enrique Ponce (Marfil y Oro): Ovación en el que abría plaza y Dos orejas y rabo en el cuarto.
- Aníbal Ruiz (Celeste y Oro): Dos orejas en su primero y Ovación en el quinto.
- Julián López “El Juli” (Azul Pavo y Oro): Dos orejas en el tercero y Silencio en el que cerraba plaza.
Con casi tres cuartos de entrada y en bochornosa tarde de verano, se ha celebrado en Ciudad Real la primera corrida de su Feria de Agosto. Se han lidiado reses de Román Sorando desiguales de juego y presentación.
Ha habido de todo desde multitud de pelajes, hasta toros con divisas a modo de piercing en un ojo por el desatino del mozo de divisas, pasando por un atropello a Aníbal Ruiz y la concesión incomprensible de un rabo por la presidencia en un toro que tenía que haber sido devuelto por su invalidez y por su dificultad de visión con la divisa.
Enrique Ponce demostró su magisterio en su segundo toro -ya que en el que abría plaza poco pudo hacer debido a la condición mansurrona del toro-, un toro que, como ya hemos dicho, adquirió un defecto en la vista al serle colocada la divisa muy cerca del ojo derecho, “el toro pirata”, gritaba algún graciosillo del tendido. La gente anduvo encendida en contra de la presidencia en los primeros compases de faena por la negativa a la devolución del astado. Ponce pidió calma y empezó a ejercer de enfermero y psicólogo a la vez, supo cuidar y entender al toro de tal manera que llegó a jugar las muñecas con él, tanto con la mano izquierda como con la derecha, en una embestida que el de Chiva supo dulcificar. El presidente, no sabemos si con cargo de conciencia, se mostró demasiado generoso al concederle el rabo.
Aníbal Ruiz estaba en su tierra, y tenía que demostrar porque estaba puesto. Con los bemoles que a los toreros se les suponen, caminó firme hacia la puerta de toriles para disponerse a dar una larga cambiada para recibir a su enemigo. La mala suerte se cebó con él ya que el toro no sólo le arrolló, sino que encima con la mano derecha le propinó un pisotón que le generó un corte en la parte derecha del labio superior y contusiones múltiples en el lado derecho de la cara, llegando a afectarle a la visión. El torero de Alcázar de San Juan, como si de un boxeador se tratara, anduvo grogui hasta la faena de muleta, a la cual llegó enrabietado y sacó la casta torera para realizar una faena más que aseada exponiendo y arriesgando mucho. Alcanzó su cota máxima con la mano derecha, propinó un soberbio estoconazo a su enemigo y el público enfervorecido le pidió las dos orejas. Tras pasar por enfermería, dónde le cosieron el labio superior, volvió Aníbal a pelearse con su segundo enemigo. Realizó una faena sin ligazón pero con profundidad, que pinchó, recibiendo una calurosa ovación del público.
“El Juli” ha realizado una faena de mucha hondura a su primer toro, un astado que en un principio buscaba las zapatillas, pero que el torero madrileño supo meter en la franela demostrando su madurez y su oficio. Hubo pasajes realmente bellos con la mano izquierda. Firmó la faena con un soberbio estoconazo y el público y el presidente le concedieron las dos orejas. El último de la, ya noche, resultó ser un toro aplomado al que Julián nada pudo hacer a pesar de insistir y buscarle las cosquillas de todas las maneras posibles.
El público se divirtió y se quedó con ganas de más. Mañana se celebrará en Ciudad Real, posiblemente el mejor cartel actual del Rejoneo, se lidiarán reses de Felipe Bartolomé para los caballeros Fermín Bohórquez, Andy Cartagena (que sustituirá a Pablo Hermoso de Mendoza) y Diego Ventura.
- Aníbal Ruiz (Celeste y Oro): Dos orejas en su primero y Ovación en el quinto.
- Julián López “El Juli” (Azul Pavo y Oro): Dos orejas en el tercero y Silencio en el que cerraba plaza.
Con casi tres cuartos de entrada y en bochornosa tarde de verano, se ha celebrado en Ciudad Real la primera corrida de su Feria de Agosto. Se han lidiado reses de Román Sorando desiguales de juego y presentación.
Ha habido de todo desde multitud de pelajes, hasta toros con divisas a modo de piercing en un ojo por el desatino del mozo de divisas, pasando por un atropello a Aníbal Ruiz y la concesión incomprensible de un rabo por la presidencia en un toro que tenía que haber sido devuelto por su invalidez y por su dificultad de visión con la divisa.
Enrique Ponce demostró su magisterio en su segundo toro -ya que en el que abría plaza poco pudo hacer debido a la condición mansurrona del toro-, un toro que, como ya hemos dicho, adquirió un defecto en la vista al serle colocada la divisa muy cerca del ojo derecho, “el toro pirata”, gritaba algún graciosillo del tendido. La gente anduvo encendida en contra de la presidencia en los primeros compases de faena por la negativa a la devolución del astado. Ponce pidió calma y empezó a ejercer de enfermero y psicólogo a la vez, supo cuidar y entender al toro de tal manera que llegó a jugar las muñecas con él, tanto con la mano izquierda como con la derecha, en una embestida que el de Chiva supo dulcificar. El presidente, no sabemos si con cargo de conciencia, se mostró demasiado generoso al concederle el rabo.
Aníbal Ruiz estaba en su tierra, y tenía que demostrar porque estaba puesto. Con los bemoles que a los toreros se les suponen, caminó firme hacia la puerta de toriles para disponerse a dar una larga cambiada para recibir a su enemigo. La mala suerte se cebó con él ya que el toro no sólo le arrolló, sino que encima con la mano derecha le propinó un pisotón que le generó un corte en la parte derecha del labio superior y contusiones múltiples en el lado derecho de la cara, llegando a afectarle a la visión. El torero de Alcázar de San Juan, como si de un boxeador se tratara, anduvo grogui hasta la faena de muleta, a la cual llegó enrabietado y sacó la casta torera para realizar una faena más que aseada exponiendo y arriesgando mucho. Alcanzó su cota máxima con la mano derecha, propinó un soberbio estoconazo a su enemigo y el público enfervorecido le pidió las dos orejas. Tras pasar por enfermería, dónde le cosieron el labio superior, volvió Aníbal a pelearse con su segundo enemigo. Realizó una faena sin ligazón pero con profundidad, que pinchó, recibiendo una calurosa ovación del público.
“El Juli” ha realizado una faena de mucha hondura a su primer toro, un astado que en un principio buscaba las zapatillas, pero que el torero madrileño supo meter en la franela demostrando su madurez y su oficio. Hubo pasajes realmente bellos con la mano izquierda. Firmó la faena con un soberbio estoconazo y el público y el presidente le concedieron las dos orejas. El último de la, ya noche, resultó ser un toro aplomado al que Julián nada pudo hacer a pesar de insistir y buscarle las cosquillas de todas las maneras posibles.
El público se divirtió y se quedó con ganas de más. Mañana se celebrará en Ciudad Real, posiblemente el mejor cartel actual del Rejoneo, se lidiarán reses de Felipe Bartolomé para los caballeros Fermín Bohórquez, Andy Cartagena (que sustituirá a Pablo Hermoso de Mendoza) y Diego Ventura.
Fotografías: Ernesto Naranjo
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