Pobre de aquel
que aún mirando nada ve,
que aún sintiendo nada siente,
y aún entendiendo nada entiende
pobre, pobre de aquel...
Ay del poeta que está tan ciego
que ve su gloria y no a su pueblo,
ay de esa copla que es tan canalla
que solo suena si le pagan.
Ay de esa letra que es tan cobarde
un mensajero sin un mensaje,
ay del que canta: Cai de mi vida,
y le echa sal a tus heridas.
Ay del que planta en la guitarra
la punta de su frontera,
y el que esté libre de pecao
que tire la primera piedra.
Niégame el premio de tus labios,
castígame con tu silencio,
abre el cajón de los calvarios, ay, ay
pero no me quites tus besos.
Mi alma es la de un chiquillo,
sola en la oscuridad,
dando palos de ciego
sin saber a donde va.
Por ti hoy vuelve mi platillo
y se disfraza mi vergüenza,
por ti yo ando este camino
aunque pierda la cabeza,
por ti recojo mil pedazos,
por ti seré lo que tu quieras,
por ti habrá siempre un milagro
hasta el día que me muera.
Pobre de aquel
que aún mirando nada ve,
que aún sintiendo nada siente,
y aún entendiendo nada entiende
pobre, pobre de aquel...
La Niña de Mis Ojos (2001)
Letra de Antonio Martínez Ares
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