miércoles, 18 de junio de 2008

SELECTIVIDAD

Todavía la recuerdo, fue por septiembre, hace ya dos años. Recuerdo lo que en este artículo se relata, la fríaldad de las aulas, la tensión que se respiraba, la obra maestra de Font de Anta a flor de piel, agobios por doquier. Gran artículo el que a continuación os dejó:

Hoy ha salido de casa temprano. Camino de un lugar al que no ha ido nunca, que no ha visitado nunca. Hoy se le encoge el alma al pensar que se juega su futuro en tres días. Ese triduo amargo de nervios de papel y exámenes de junio. Su cartera ha aumentado el grosor en los últimos días.

Ha recogido las estampas que sus amigos y familiares le brindaban para que también Ellos, el Señor y la Virgen, lo acompañen en este duro viaje.

Vio como en su colegio, cada vez más, había menos niños que creían en Dios. En clase de religión se contaban los alumnos con los dedos de una mano, casi como en el quinario de su hermandad. Sabía que en este tiempo de horas bajas de la religión forrar su carpeta con la fotografía de sus titulares de la Hermandad era como provocar al pueblo laico.

Hoy, ha cogido un puñado de estampas y las aprieta justo antes de entrar en esas frías aulas donde pretenden medir la inteligencia del hombre con un A-4 y dos opciones a elegir.

Lleva la del Gran Poder, la de la Esperanza de Triana y la de la Macarena. Lleva la del Cachorro y la Exaltación, la de los Estudiantes y hasta la del Polígono de San Pablo que le dio un nazareno la pasada Semana Santa.

Son días de apuntes y cuadernos rizados por el miedo… pero también son jornadas de estampas y de mirar al cielo por estos cofrades que hoy hacen su estación más larga.


Artículo de José Antonio Rodríguez para Pasión En Sevilla

2 comentarios:

aromas de un recuerdo dijo...

Puff yo acabo de terminar,y me reflejo totalmente con este artículo.Espero que a todos los que como yo, han tenido selectividad estos días,todo le haya salido perfecto. Un abrazo

Enrique Henares dijo...

Yo la verdad es que no tengo un mal recuerdo de selectividad. Estaba tranquilo y confiado de que las cosas irían bien. Ya después, esperando la nota, sí que me puse muy nervioso.