Martes 14 de Septiembre de 2010. Quinta de Feria en honor a Santa María de la Vega de Salamanca.
- José Antonio “Morante de La Puebla” (blanco y azabache): Bronca y Bronca tras dos avisos.
- Manuel Jesús “El Cid” (tabaco y oro): Oreja y Oreja.
- Sebastián Castella (azul marino y oro): Silencio y Ovación.
Con casi lleno en los tendidos y en sofocante tarde de calor se han lidiado toros de la ganadería de “El Pilar”, que han resultado desiguales de presentación y juego, y faltos de fuerza en general. Destacaron segundo y quinto bis por su nobleza.
El de Salteras ha sido el triunfador numérico de la tarde, ha abierto la puerta grande de La Glorieta después de cortar una oreja a cada uno de sus toros. Manuel Jesús entró en una feria de la que se había quedado fuera sustituyendo al lesionado Manzanares. El segundo fue un toro que fue de menos a más, como la faena de “El Cid”. Una faena en la que comenzó sin apreturas y descargando la suerte para acabar con dos series con la mano derecha de auténtica profundidad y empaque. Tras la petición de dos orejas por parte del respetable, la presidencia solo concedió una, creemos que con acierto. Tras ser devuelto el segundo del lote del sevillano por su manifiesta invalidez saltó al ruedo el quinto bis, también del pilar. Un toro cariavacado al que Manuel prendió en verónicas vulgares en su recibo que fueron mejores y más ajustadas en el quite que realizó. En la franela cimentó la faena sobre la mano derecha, era el pitón bueno del animal, y lo exprimió. Citó al toro de largo, y el burel respondió. Las series fueron largas y profundas, aunque el de Salteras no bajó la mano tanto como nos tiene acostumbrados, por la falta de fuerzas de su enemigo. Después de pinchazo y estocada le fue concedida una merecida oreja.
El que pechó con el peor lote fue el francés, que se ha ido de vacío de esta feria. Le tocaron en suerte dos animales sin transmisión alguna a los que Castella acabó por aburrir después de tanto porfiar. Aún así consiguió sacar algún muletazo bello, sobre todo al último de la tarde al que realizó una faena sin ligazón, dando los pases de uno en uno.
Que las broncas son toreras es algo que tiene bien aprendido el torero de La Puebla del Río, pues bien, hoy ha estado muy torero. Ante su primero, un toro sin clase y sin fuerza, Morante abrevió con la franela, dejando media estocada que fue suficiente, y recibiendo una sonora bronca. Los olés más rotundos de la tarde se escucharon cuando el sevillano meció por verónicas a su enemigo para quitasol del caballo. Con la franela comenzó en el tercio con unos toreros doblones rodilla en tierra. Cogió la muleta con la mano derecha y le recetó tres series de menos a más. Se la echó a la izquierda para comprobar que por el pitón izquierdo su enemigo no tenía nada. Así pues, volvió a la mano derecha donde llegó a desgarraras en dos series de auténtica torería. Dejó media estocada y estuvo muy mal con el descabello, llegando a escuchar dos avisos. El sevillano se volvió a sentir torero porque le fue expresada otra fuerte bronca.
Antonio Jiménez “El Lili”, no ha actuado esta tarde porque ha fallecido su padre. Desde aquí queremos expresarle nuestras condolencias al hombre de confianza de Morante.
Fotografías: Ernesto Naranjo
- José Antonio “Morante de La Puebla” (blanco y azabache): Bronca y Bronca tras dos avisos.
- Manuel Jesús “El Cid” (tabaco y oro): Oreja y Oreja.
- Sebastián Castella (azul marino y oro): Silencio y Ovación.
El de Salteras ha sido el triunfador numérico de la tarde, ha abierto la puerta grande de La Glorieta después de cortar una oreja a cada uno de sus toros. Manuel Jesús entró en una feria de la que se había quedado fuera sustituyendo al lesionado Manzanares. El segundo fue un toro que fue de menos a más, como la faena de “El Cid”. Una faena en la que comenzó sin apreturas y descargando la suerte para acabar con dos series con la mano derecha de auténtica profundidad y empaque. Tras la petición de dos orejas por parte del respetable, la presidencia solo concedió una, creemos que con acierto. Tras ser devuelto el segundo del lote del sevillano por su manifiesta invalidez saltó al ruedo el quinto bis, también del pilar. Un toro cariavacado al que Manuel prendió en verónicas vulgares en su recibo que fueron mejores y más ajustadas en el quite que realizó. En la franela cimentó la faena sobre la mano derecha, era el pitón bueno del animal, y lo exprimió. Citó al toro de largo, y el burel respondió. Las series fueron largas y profundas, aunque el de Salteras no bajó la mano tanto como nos tiene acostumbrados, por la falta de fuerzas de su enemigo. Después de pinchazo y estocada le fue concedida una merecida oreja.
El que pechó con el peor lote fue el francés, que se ha ido de vacío de esta feria. Le tocaron en suerte dos animales sin transmisión alguna a los que Castella acabó por aburrir después de tanto porfiar. Aún así consiguió sacar algún muletazo bello, sobre todo al último de la tarde al que realizó una faena sin ligazón, dando los pases de uno en uno.
Que las broncas son toreras es algo que tiene bien aprendido el torero de La Puebla del Río, pues bien, hoy ha estado muy torero. Ante su primero, un toro sin clase y sin fuerza, Morante abrevió con la franela, dejando media estocada que fue suficiente, y recibiendo una sonora bronca. Los olés más rotundos de la tarde se escucharon cuando el sevillano meció por verónicas a su enemigo para quitasol del caballo. Con la franela comenzó en el tercio con unos toreros doblones rodilla en tierra. Cogió la muleta con la mano derecha y le recetó tres series de menos a más. Se la echó a la izquierda para comprobar que por el pitón izquierdo su enemigo no tenía nada. Así pues, volvió a la mano derecha donde llegó a desgarraras en dos series de auténtica torería. Dejó media estocada y estuvo muy mal con el descabello, llegando a escuchar dos avisos. El sevillano se volvió a sentir torero porque le fue expresada otra fuerte bronca.
Antonio Jiménez “El Lili”, no ha actuado esta tarde porque ha fallecido su padre. Desde aquí queremos expresarle nuestras condolencias al hombre de confianza de Morante.
Fotografías: Ernesto Naranjo
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