sábado, 11 de septiembre de 2010

VUELTA AL RUEDO DE POZO EN LA PRIMERA DE FERIA DE ALBACETE

Miércoles 8 de Septiembre de 2010. Primera de Abono de la Feria en honor de la Virgen de los Llanos de Albacete.



- Juan del Álamo (Lirio y oro): Ovación tras aviso y Silencio.
- José Miguel Valiente (Azul purísima y oro): Silencio y Silencio.
- Alberto Pozo (Caña y oro): Ovación y Vuelta al ruedo tras petición.

Con tres cuartos de entrada, y en soportable tarde de verano, se han lidiado novillos de “Los Chospes”, desiguales de presentación, y descastados en general.

Juan del Álamo se encontró con su primero, un novillo rajado desde el principio, con el que no ha podido lucirse con el capote. Con su enemigo en terrenos de querencias ha conseguido sacar dos buenas tandas de naturales. Mató mal y el público le tributó una cariñosa ovación. A su segundo lo recibió con unas verónicas de bello trazo que abrochó con una media. La faena de muleta comenzó muy bien, con un trasteo de empaque, después se vino a menos porque el toro no quiso pelea. El salmantino anduvo mal con la espada y el publico silenció su labor.

Luis Miguel Valiente es un novillero de buen corte, de toreo clásico, al que le falta algo de rodaje. Su primer enemigo fue un novillo sin transmisión ninguna con el que Luis Miguel poco pudo hacer, se conformó con adornarse en el epílogo de su faena. Estuvo mal con los aceros y fue silenciada su labor. Ante el quinto de la tarde, un novillo aplaudido de salida por su excelente presentación, el albaceteño dio muestras de sus carencias, fruto de sus tan sólo seis novilladas toreadas este año. El novillo tenía cierta clase y era noblote en los chismes, Luis Miguel no supo aprovechar las embestidas que le brindó su enemigo, y volvió a marrar con los aceros. Se fue de su plaza con dos silencios.

Alberto Pozo, que debutaba hoy con picadores, es un novillero bullicioso. Se lució en banderillas ante sus dos novillos. En su primero aburrió con un novillo sin posibilidades, y en su segundo, un novillo que le permitió mostrar su toreo, el albaceteño estuvo sin apreturas y con los chismes a media altura. El novillo le prendió por la taleguilla cuando remataba de pecho, sin más consecuencias que el propio destrozo en el vestido de torear. Esto, hizo que el público se sensibilizara más. Dos series por la derecha con más voluntad que acierto, y una estocada casi entera habilidosa, le valieron para que el público le hiciera dar la vuelta al ruedo, después de que el presidente no concediera la oreja que la mayoría del respetable había solicitado.

Una novillada de novilleros locales y el salmantino Juan del Álamo que ha dado al traste con los novillos de “Los Chospes”

Fotografías: Ernesto Naranjo


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