BUDAPEST (HUNGRÍA). JUEVES 22 DE JULIO DE 2010.
Y Lorenzo salió de nuevo, y lo sentimos mas cerca y mas caluroso que nunca en Buda, a una altura considerable y con una humedad que lo hacia aún más acuciante, pudiendose comparar el clima de Budapest y el de Alicante. Estabamos, no sin esfuerzo de subir muchismas cuestas y no menos escalones, en el Bastión de los Pescadores, que se trata de una terraza de estilo neogótico y neorrománico. Las siete torres representan las siete tribus magiares. El nombre le viene gracias al grupo de pescadores responsable de defender este enclave de las murallas de la ciudad en la Edad Media. Después de ver los exteriores de la Iglesia de Matías, que está pegada al Bastión, hubimos de refrescarnos sentados a la sombra.
Tras esto, cogimos el metro hasta Hörsök tere, para, tras el monumento a las héroes, adentrarnos en el Parque de la ciudad. Después de respirar un poco de aire fresco, el metro nos dejó en Astoria, porque mis compañeros de viaje le echaron el ojo a un kebab, que luego resultó ser un fraude; yo resulté ser mas tradicional y me conformé con un filete de pollo empanado.
Después de descansar un poco en el apartahotel, salimos en busca de las Termas Gellért, donde por 2.850 florines (unos 11,40 € al cambio), disfrutamos en piscinas interiores y exteriores de agua templada, caliente, sauna, piscina de olas, aguas con propiedades medicinales. Y todo en u as antiguas termas rodeadas de mármol y con un ambiente súper relajante.
De vuelta al apartamento cenamos en un McDonalds cercano para, posteriormente, asearnos y salir en busca de una terraza de verano donde degustar una fresquita cerveza. Mañana nos saldrá por últimamente el sol estival en la ciudad magiar.
Y Lorenzo salió de nuevo, y lo sentimos mas cerca y mas caluroso que nunca en Buda, a una altura considerable y con una humedad que lo hacia aún más acuciante, pudiendose comparar el clima de Budapest y el de Alicante. Estabamos, no sin esfuerzo de subir muchismas cuestas y no menos escalones, en el Bastión de los Pescadores, que se trata de una terraza de estilo neogótico y neorrománico. Las siete torres representan las siete tribus magiares. El nombre le viene gracias al grupo de pescadores responsable de defender este enclave de las murallas de la ciudad en la Edad Media. Después de ver los exteriores de la Iglesia de Matías, que está pegada al Bastión, hubimos de refrescarnos sentados a la sombra.
Tras esto, cogimos el metro hasta Hörsök tere, para, tras el monumento a las héroes, adentrarnos en el Parque de la ciudad. Después de respirar un poco de aire fresco, el metro nos dejó en Astoria, porque mis compañeros de viaje le echaron el ojo a un kebab, que luego resultó ser un fraude; yo resulté ser mas tradicional y me conformé con un filete de pollo empanado.
Después de descansar un poco en el apartahotel, salimos en busca de las Termas Gellért, donde por 2.850 florines (unos 11,40 € al cambio), disfrutamos en piscinas interiores y exteriores de agua templada, caliente, sauna, piscina de olas, aguas con propiedades medicinales. Y todo en u as antiguas termas rodeadas de mármol y con un ambiente súper relajante.
De vuelta al apartamento cenamos en un McDonalds cercano para, posteriormente, asearnos y salir en busca de una terraza de verano donde degustar una fresquita cerveza. Mañana nos saldrá por últimamente el sol estival en la ciudad magiar.
Fotografías: Ernesto Naranjo / Eduardo Martínez
Nota: Cuando me pasen las fotografías que realizamos en las termas Gellert las colgaré, ya que, como es comprensible no me llevé la cámara, pero los móviles de hoy en día hacen fotografías más o menos salvables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario